domingo, 28 de octubre de 2012

Cuento 23

De vez en cuando regresaba a la costa, a mirar a lo lejano del mar, recordando lo que una vez vivió en la profundidad. Sonreía sin dudar. Ahora el mundo le pertenecía.

domingo, 21 de octubre de 2012

Cuento 22

Lo que más le dolía de no volver a caminar era que jamás volvería a tocar las estrellas.

martes, 16 de octubre de 2012

Cuento 21

Más allá de las estrellas los colores perdían sentido. Trato de mirar sus manos, pero ya no estaban, al igual que todo él; sólo su conciencia se mantenía. Levantó la vista y se sintió invadido, apabullado. Lo miraron.
Toda su vida cobró sentido al estar en su presencia.

lunes, 15 de octubre de 2012

Nota 5

Vengo de nuevo a escribir otro pretexto de esos que ya se me hicieron costumbre en estos días. A partir de ahora los cuentos no llevarán la fecha del día de su publicación, sino un número. Llevarán un orden numérico pero no por eso significa que tengan relación serial (¿o si?).
Al principio pensé que escribir un cuento al día sería algo fácil pero fui un poco ingenuo. De cualquier manera, gracias por seguir leyendo ;)

domingo, 14 de octubre de 2012

Nota 4

Originalmente tenía planeado hacer un cuento por lo menos cada día, ahí la razón de que en vez de título tengan la fecha de su publicación. Hoy voy atrasado 5 días y estoy tentado en no seguir con el rigor de la publicación diaria, sin embargo, sé que si no hago una entrada por día, poco a poco dejaré de publicar poniendo como pretexto el que en algún momento he de continuar.

Nota 3

Esta serie de entradas debería llamarse "Pretextos para no perder el rigor". Nos pondremos al día, lo prometo. Aunque tampoco debería presionarme realmente, no quiero perder la costumbre de escribir algo, a pesar de que en ocasiones es algo difícil contar cuentos de la nada, por más pequeños que sean.
Gracias por leer.

jueves, 11 de octubre de 2012

Nota 2

Una vez más me he atrasado en las entradas pero prometo emparejarme este fin de semana. Gracias por leer.

martes, 9 de octubre de 2012

9 oct. 12



Me gusta usar una máscara diferente cada día, así puedo ser una persona distinta diariamente. Lo único malo es que en ocasiones la piel ajena no se seca correctamente, se pudre y huele mal. Además deshacerse de los cuerpos a veces es complicado.

lunes, 8 de octubre de 2012

8 oct. 12



Las cicatrices en todo su cuerpo le recordaban la persona que había sido en el algún momento. Habiendo sido una vez un héroe, ahora trabajaba para alguien más y su único alimento eran los cadáveres de sus enemigos derrotados.

sábado, 6 de octubre de 2012

7 oct. 12



Una vez que El Libro te encuentra, no puedes dejar de leerlo, como si fuera él quien diera el ritmo. En un principio te da miedo, pasas las hojas con recelo y eres temeroso de pronunciar las frases en voz alta, por si acaso fueran realidad; hasta que llega ese momento en que te hace prometer que no se lo mostrarás a nadie, porque si lo hicieras, compartirías la maldición y bendición que te ha asignado. La maldición y la bendición de haberlo abierto.

6 oct. 12



Decía que escribía cuentos todas las noches, pero la realidad es que no eran tales, sino más bien fragmentos, escenas, imágenes; todas salidas de sueños, recuerdos y ensoñaciones. Escribía no para relatar ni para contar a los demás, en todo caso lo hacía como catarsis, para plasmar todo eso que se agolpaba en su mente cada vez que volvía a la realidad.

5 oct. 12



Decisiones, momentos, frases, sentimientos, todo. Estaba seguro de que todos eran suyos. ¿Pero realmente lo fueron?

4 oct. 12



Toda su vida había pensado que las matemáticas eran el lenguaje de la naturaleza. Qué iluso. Abstracciones tan simples no eran dignas de ser pensadas por alguien (¿o algo?) tan grande, tan viejo y tan poderoso como aquel al que tenía frente a sí. ¿Enfrente? Claro, si las posiciones físicas seguían teniendo algún sentido para ese momento.

Nota

La meta de este blog es escribir por lo menos un cuento corto por día, y si lo han seguido se darán cuenta que ya vamos un poco atrasados, pero hoy mismo sin falta nos emparejamos. Gracias por leer ;)

miércoles, 3 de octubre de 2012

3 oct. 12



Las voces que venían de la oscuridad de fuera del círculo pronunciaban su nombre, sus apodos, repetían frases que alguna vez alguien le había dicho en la intimidad. Sus oídos comenzaron a sangrar, se aferró a la protección hecha de plata que colgaba de su cuello y estuvo a punto de ser devorado por lo que había en el exterior del círculo, hasta que de pronto una voz grave preguntó quién y por qué le invocó.
-         -  Aquel que te trajo para que seas su sirviente. – Le dijo sin mostrar miedo en su rostro.
-       - ¿Sabes lo que eso significa? ¿Estás dispuesto a afrontar las consecuencias? – Preguntó la voz que sonaba como un pelotón.
-         -  Sí.
-         -  ¿Cuál es tu primera solicitud?
-         -  Quiero saber todo lo que sabes, todo. – Y una gota de sangre escurrió de su nariz.

martes, 2 de octubre de 2012

2 oct. 12



Revisó cada una de las seis balas que él mismo había preparado antes de cargar su revólver, tomó un trago al charro negro y permaneció sentado en el sillón, esperando. El reloj en la pared dejó de hacer ruido, la rosa en la mesilla dejó caer un pétalo y comenzó a marchitarse, y el olor a azufre, ya familiar pare él, se hizo presente. Amartilló su arma, era hora.

lunes, 1 de octubre de 2012

1 oct. 12



Después del choque supo que había llegado su momento. De entre la sangre en el suelo, se formó lo que parecían ser pequeños brazos, como de bebés. No sé molestó ni tuvo miedo, había sido un trato justo; su hija podría ser feliz. 
Rió y junto con su risa se escuchó la de alguien más en lo lejano. ¡No! ¡Maldito seas! Y su grito desapareció en la oscuridad.

domingo, 30 de septiembre de 2012

30 sep. 12



La gente había dejado de entenderle. Cada palabra que decía parecía ser solamente un balbuceo para los demás, a pesar de que él mismo las escuchaba y las entendía muy claramente. Cuando abría la boca para decir algo, todos huían. Poco a poco, todo se fue tornando borroso, hasta que perdió la conciencia.
Cuando despertó, lo primero que vio fue algo que parecían sus propias piernas, tiradas a unos cuantos metros de distancia; examinó sus cercanías y solo pudo ver sangre, llamas, humo y escombros, hasta que de repente, en una vitrina frente a él, pudo cruzar su mirada con la de alguien más, alguien que no estuviera huyendo por lo menos. En el reflejo se encontró con la mirada de una mujer que no paraba de verlo, parecía estar atrapada entre unas cosas que se asemejaban a espinas, tubos o huesos, no estaba seguro. Trató de decirle que la salvaría, pero cuando abrió la boca para hablar, la mujer comenzó a gritar. Levantó la mirada y vio unos ojos rojos, no como la sangre, sino como las brazas ardientes de una fogata. El terror lo invadió y quiso huir, pero los gritos de la mujer no se alejaban, sin importar cuánto corriera.
Se detuvo cuando a lo lejos aparecieron una vez más los ojos ardientes; esta vez se acercó para mirarlos con detenimiento en el espejo. Había tristeza y miedo en ellos, le recordaban una mirada que ya conocía.

sábado, 29 de septiembre de 2012

29 sep. 12



No podía dejar de tallar estatuas de madera. No dormía, no comía, no conversaba con nadie ni salía de su casa más que para ir al bosque a conseguir más madera. Creaba niños, mujeres, hombres, animales.
- Rostros que jamás he conocido en persona… solo en mis sueños- me dijo en una ocasión.
- Parece que quisieras hacer una ciudad entera- le dije bromeando.
- Algún día seré rey – me contestó, sin un solo rastro de duda o de gracia en la mirada. Eran los ojos de alguien que miraba al futuro.
Jamás lo volví a ver.
Un par de semanas después de nuestra charla fui a visitarlo, pues no había otra manera de contactarlo.
Lo único que encontré en el taller fue una figura pintada en el suelo con símbolos en un idioma extraño, como los del libro que en una ocasión me mostró. Las estatuas habían desaparecido, junto con él. No pude evitar reírme. Finalmente el bastardo lo consiguió.

28 sep. 12



No le gustaba entrar al baño por las noches, porque aunque vivía en un tercer piso, siempre que iba, una mujer tocaba a la ventana de esa habitación, como queriendo entrar. Nunca había podido verle el rostro, pues era borrosa como una sombra y fría como el invierno.
Finalmente, un día tuvo demasiada urgencia  y no le quedó más que ir; la mujer tocó a la ventana y él, con miedo, le pregunto:

-          - ¿Quién eres? ¿Qué deseas?

Y la sombra jamás volvió a tocar la ventana.

jueves, 27 de septiembre de 2012

27 sep. 12



Lo que ahora se estaba comiendo había sido una vez su mejor amigo. Su sabor era lo mejor, podía jurar nunca haber comido algo así de sabroso. Tenía ganas de platicarlo a alguien, pero cuando miró a su alrededor, estaba completamente solo; su única compañía sería su hambre, para el resto de la eternidad.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

26 sep. 12



Esperaba en lo profundo del océano, soñando, pensando, planeando. Pronto regresaría a reclamar lo que era suyo.

martes, 25 de septiembre de 2012

25 sep. 12



-¿Y cuando regreses por mí volverán a matarme? – preguntó él.
- Cuando vuelva por ti, nada de este mundo podrá dañarte. – Le dijo ella mientras cerraba el sarcófago. La tumba estuvo cerrada durante los siguientes casi seis mil años.

lunes, 24 de septiembre de 2012

24 sep. 12 – 2



Cada que acababa con la vida de uno de los 108, uno de sus tatuajes cobraba vida y lo hacía más poderoso, justo como la voz de su cabeza le había dicho en aquella ocasión. 

24 sep. 12



Su madre llevaba solamente un par de años muerta, pero sus huesos ya estaban totalmente descarnados. Tomó el fémur que parecía más sólido y salió de la tumba, sin preocuparse por taparla debidamente, de todos modos al terminar de hacer lo que debía, nada de esas trivialidades  importaría realmente.
Siguió los pasos que indicaba el libro –el que encontró en ese cofre cerrado con ese raro candado, en el cuarto de su abuelo- y le quitó el centro al hueso, lo rellenó con el polvo que había preparado la noche anterior bajo la luz de la luna llena; lo forró con la piel de la serpiente negra, cuidando no dañar los colmillos y se aseguró de colocar debidamente la culata hecha de madera junto con el pequeño cuenco donde debía ir el aceite hecho de la grasa de aquel bebé. Estaba terminado, pero como decía el escrito, tenía que esperar al momento más oscuro de la noche.
Cuando fue la hora, tomó el rifle recién hecho, apuntó a las estrellas que se veían por encima de las montañas, se aseguró de pronunciar las palabras correctamente –como lo ensayó tantas veces- y encendió la pólvora. Se oyó un grito a lo lejano, y esa persona, a la única que alguna vez había odiado, cayó muerta, como fulminada por un disparo, al otro lado del mundo.

domingo, 23 de septiembre de 2012

23 sep. 12


Cuando despertó lo primero que sintió fue lo frío de su cara y algo que escurría por sus manos, las cuales miró para darse cuenta de que estaban cubiertas de un líquido rojo. Levantó la vista y pudo ver el cuerpo de ella tirado en el centro del círculo blanco que juntos habían pintado hacía un par de horas. Entonces escuchó la voz grave de ese al que habían llamado.

sábado, 22 de septiembre de 2012

22 sep. 12



Por las noches soñaba con llegar más allá de las estrellas, a planetas lejanos donde pudiera conocer colores, olores y sonidos que no había en la Tierra.
Ahí, en cada sueño, conocía siempre a una persona diferente, a la que le decía su verdadero nombre, pero al despertar, sin importar qué, lo olvidaba. Un día se propuso recordarlo, aunque fuera siquiera una letra por vez; así lo hizo, anotando una letra o dos por año en una libreta. El día que pudo pronunciar su verdadero nombre, lo comprendió todo.